miércoles, 11 de noviembre de 2015

Berenjenales.

'Y no parece estar tan mal, no parece estar tan rota aunque sé que es su forma de sobrevivirse. Pero no me importaría seguir mirándola de lejos, acariciarle el pelo cuando pase y repetirle mil veces que me encanta ver sus mejillas al sonreír. No me importaría recostarla a mi lado, besar su mejilla y verla caer rendida, durmiendo, como si no importara nada más. Sé que ella necesitaba ese apoyo, y de algún modo o quise estar ahí. 
 Pero hay berenjenales que es mejor no pisar.'

domingo, 8 de noviembre de 2015

For me.

9 meses. Lo que se tarda en tener un hijo. Así que supongo que este será mi hijo particular.


No quiero esconderme tras palabras vacías, 'bonitas', para recordarme lo que realmente fue, y lo que no. No quiero. Quizá me equivoqué, o quizá no. He dudado muchas veces de esta respuesta. Supongo que nada es casualidad, tal y como tú me decías. Así que pensemos que esto no era una casualidad, que era necesario. La verdad es que empiezo a pensar que sí. Debía abrir los ojos, quizás. No hablaré de rencores, creo que por fin los superé. no hablaré de culpas, jamás estaremos de acuerdo en eso. Hablaré de mí, por y para mí. No hablaré de estar perdida, no hablaré de tocar fondo. No, eso ya pasó. Y pasó que me di cuenta de que no todo es tan dramático como lo queremos ver. Caminos, destinos, encontrar su lugar... Creo que eso lo creamos cuando estamos inseguros. Y yo soy la que más insegura estuvo siempre. Supongo, de nuevo, que me enseñaste a no ser así. Porque finalmente fue tu ego contra el mío, un choque de orgullos. Y venciste, ganaste todos los asaltos. Y me rompiste, de nuevo. Sabías bien cómo hacerlo. Ese fue mi gran fallo. Te dejé entrar, y sigo sin saber bien porqué lo hice, porqué demonios fuiste tú. Pero estuvo bien, me hiciste feliz. Y me esforcé por estar a tu altura. Pero llegó el final, llegó el momento en el que querías más, mejor, todo para ti, y no estuve a esa altura. Me tropecé, y te empeñaste en decir que no te dejé ayudarme. Volvemos a chocar. Pero eso ya no es importante. Me has hecho más fuerte, me hiciste ver que puedo caerme todas las veces necesarias. Podré con ello, me levantaré sola e iré por el camino que yo decida. Porque yo decido mi futuro, y ya no me da miedo hacia dónde se dirige. No necesito un lugar concreto, nadie que me prometa estar. No, ya no. Porque ya entendí que no existen los amores de película, que nadie espera por nadie, ni corre por nadie. Que eso no existe. Y que no confío. Quizá algún día, puede que pronto o nunca, crea que merece la pena. Pero no hoy, no ahora, y no después de ti. Me dijiste que me superarías, que ahora era fácil, y que yo me arrepentiría, y que te echaría de menos. Lo hice, pero ya no. De nuevo tu ego contra el mío. Y ver que no había amor, ni hizo falta.



Aún así gracias, porque te quise querer, y tu fingiste bien el hacerlo.