'Y no parece estar tan mal, no parece estar tan rota aunque sé que es su forma de sobrevivirse. Pero no me importaría seguir mirándola de lejos, acariciarle el pelo cuando pase y repetirle mil veces que me encanta ver sus mejillas al sonreír. No me importaría recostarla a mi lado, besar su mejilla y verla caer rendida, durmiendo, como si no importara nada más. Sé que ella necesitaba ese apoyo, y de algún modo o quise estar ahí.
Pero hay berenjenales que es mejor no pisar.'
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