jueves, 11 de diciembre de 2014

Mundo de grises.

"Sigues siendo preciosa, pero ya no te quiero tanto como cuando éramos posibles. 
Voy a ser egoísta: me quiero más a mí mismo, y mi felicidad es más importante que la necesidad de que vuelvas
Hay cosas, incluso personas, que se van para no volver nunca. Tú te fuiste.
"Nunca" es demasiado tiempo para saber qué hay cuando se termina. 
Pero sigues siendo preciosa. 
Yo a veces te miro, echo la vista atrás y te busco, estabas entre la gente, perdida, con la cabeza gacha, anhelando que alguien pusiese fin a tu frío
Me he dado cuenta tarde de que dos no pueden amarse con el pretexto de salvarse del mundo. Amar así es un barco intentado navegar en medio de la tormenta perfecta. 
¿Puedes imaginártelo? 
Nosotros nos quisimos de esa forma, tratando de hacerlo bien, sin saber que cuando personas tristes se juntan a ninguna de ellas se le ocurre escribir un final feliz para su historia
Te hará feliz otro, en otra ciudad, quizá mañana. 
Si me permites un consejo: no tengas prisa. 
También aprendí tarde que cuando uno intenta construir una relación rápido, al final las piezas no encajan: los sentimientos. 
Es una pérdida de tiempo buscar, olvidando que además debemos dejar que nos encuentren. 
No es lo mismo. 
Tú buscabas en mitad de la gente, perdida, con la cabeza gacha, anhelando el fin de no sé qué invierno; pero no te dejabas encontrar por nadie. 
Yo te encontré, no obstante. 
Fui valiente, o gilipollas, y sigues siendo preciosa, pero ya no te quiero tanto como entonces. 
Algunos días, como hoy, vuelvo a sentir tu frío. 
Nunca es demasiado tiempo."


 Terrible lo que se pude llegar a encontrar. Demasiado directo, demasiado fugaz. demasiado,siempre fue demasiado paramí, pera seguir el ritmo, para seguir la ilusión. Para seguir.

martes, 9 de diciembre de 2014

Desacuerdo de más.

 "Pongamos que hablo de Madrid." 

 De sus calles, de sus gentes, de sus luces y lugares escondidos. De todas esas pequeñas cosas que te gustaría compartir con alguien, y que mientras lo ves no estás con la persona adecuada. O más bien la que necesitarías. Y digamos que mantenemos la ilusión de que pueda ocurrir. Pues no, queridos. La vida es tan puta que no dejará que un simple paisaje lo compartas con alguien en concreto. 



 Debe ser muy divertido el decirle al resto que no saben lo que quieren cuando es totalmente al contrario. O, quién sabe, quizás juegas tus cartas de un modo que el resto no entendemos. El problema es cuando alguien ya mostró todas sus cartas, cuando no queda ningún As en la manga, cuando aceptas lo inaceptable y confías, de nuevo, en la persona equivocada. 
 Y es que siempre me matan las despedidas.
 Pero, a fin de cuentas, de "decepciones más grandes hemos salido." 

lunes, 8 de diciembre de 2014

Kansas City.



 Qué bien que en mis pupilas siga entrando luz del Sol. 
Qué bien que en mi cerebro se produzca intercambios de información, que hace tiempo que te pusiste en medio. 
Qué bien que con mis dedos note el frío y tu calor. 
Qué bien que por mis nervios corran impulsos que me digan que estás en mi habitación, que no te has ido y que te tengo cerca
No sería lo mismo imaginarte que poder estudiarte con detalle. 
Usaré cada segundo que pase para poner a prueba nuestras capacidades corporales. 
Sólo quedará sin probar un sentido: el del ridículo por sentirnos libres y vivos.
Y qué genial, qué astuto, qué indecente, qué maravillosamente oportuno el soplo de viento que unió, atrevido, tu olor con el mío
¡Y qué manera de perder las formas y qué forma de perder las maneras! 
Ya nada importa, el mundo ya se acaba, no quedará nada. Disfrutemos de la última cena. 
No sería lo mismo imaginarte que poder estudiarte con detalle. 
Usaré cada segundo que pase para poner a prueba nuestras capacidades corporales. 
Sólo quedará sin probar un sentido: el del ridículo por sentirnos libres y vivos.

(Que me hablen de sandeces y que digan que sobra el amor.)



"And I love you, dear. But just how long can I keep singing the same old song?"

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Al olvido, ¡olvídalo!


 Hablando, de nuevo, de forma muy personal y directa... Hoy asistí a la que creía que sería otra aburrida clase de una aburrida asignatura. Cuánto me pude equivocar. Quizás hubo grandes casualidades, que fuésemos pocas personas en clase, que a pesar de ser una asignatura horrible la profesora sea excelente, o que yo estuviese algo más perceptiva. Y sensible, quizás. Pero fue maravillosamente terrible, cómo pueden explicarte algo, una enfermedad, que conoces demasiado bien. Que estás volviendo a vivir. Y ver como alguien tan admirable, tan fuerte y apasionado te cuenta tantas anécdotas, entre risas y pena, para finalizar con ese nudo en la garganta y casi pidiendo perdón. Preocupándose de si pudo transmitir bien la información, si sus clases fueron adecuadas... a pesar de todo.
 Y es que es sencillo sentir pena cuando escuchas ciertas historias y es fácil olvidarse de ellas. Pero algunos tenemos la suerte, por así decirlo, de saber que es algo más que una historia. De recordar perfectamente esas inquietudes, esa impotencia ante algo que no puedes controlar. Y es que somos expertos en recordar las veces que nos olvidaron, que nos gritaron, y sus pequeños intervalos de lucidez. Recordamos de forma demasiado vivaz esa despedida, esos abrazos y ese último momento en el que fuiste reconocido. 
 Por ello quizás ahora, que siento que se repite, que creía que no sería capaz de llevarlo bien... puede que finalmente no sepa, pero he aprendido más de lo que creía. Y es que ahora no me salen las palabras, ni creo que haya una forma bonita de decir nada de esto pues jamás se conocerá. Pero, como suele ocurrir en estos casos, es necesario plasmar algunos sentimientos para recordarte quién eres.

 Ahora sólo me queda dar las gracias por algo que pocos entenderían, y darle las gracias a esa magnífica persona. Pues tenemos la 'suerte' de ser parte de hermosas historias.


"Volar, como hicimos tantos años. Que todavía duermo en ti. Que te conozco con mis manos, con mis ojos, con todo lo que hay en mí. Volar, y aunque ya te estés marchando...
(...)
Volar, y aunque no recuerdes nada, sé que no me olvidarás."

martes, 2 de diciembre de 2014

Pánico práctico.

 "Si tú supieras lo que es ver al Sol morirse de ganas..."

 Y canciones varias. Porque siempre he pensado que hay que tocar fondo para remontar el vuelo, y que cualquier agobio o duda nunca vendrá sola. Y así fue. Lo bonito es ver cómo te hundes, como crees que todo te supera y, de una forma tan tonta poder sonreír. Porque puede ocurrir ese soplo de aire fresco te haga levantar la cabeza y ver que tu agujero no es tan profundo, que te haga mirar al frente y te empuje a ser valiente. Porque, como bien dice la canción, 'ser valiente no es sólo cuestión de suerte; ser valiente no es sólo cuestión de verte'. Siempre creí que para continuar debía ser salvada, que de alguna forma alguien tendría que hacerlo por mí. Y qué equivocada estaba. Aquí reside lo bueno, en ser el empujón, la causa, y no el efecto. Porque 'soy más fuerte que esto'. 
Y me muero de ganas. 


Sólo quedará por probar un sentido: el del ridículo por sentirnos libres y vivos.