jueves, 15 de noviembre de 2012

Blue. Red. Blood.



 ¿Qué esperabas? ¿Qué hiciste? ¿Qué pensar cuando sólo querías volver a ver su rostro.? Nadie pensó que fuese fácil... pero, ¿imposible? Ver su rostro, temblar y rendirse a su risa de nuevo. Maldecir ese instante... instante que se repetirá pero que jamás, jamás, dejará de ser un instante.

 Y echar de menos algo que nunca sucedió.




miércoles, 7 de noviembre de 2012

Follow me.

 Y, creyendo que los versos saldrían solos, que los besos nunca acabarían. Creyendo que las palabras podían curar recuerdos. Creyendo que las noches no serían infinitas, que todo ese revoloteo de pensamientos cesaría. Creer. Esperanzas o ilusiones, algo absurdo en el tiempo perdido.

 Ahora repítete otra vez que no te importa, que sus ojos no te harán vibrar. Convéncete de que no es todo lo que buscabas, niega que quieres que se quede a tu lado. Disimula. Sé fuerte y, por supuesto, no vuelvas a cambiar. El miedo al fracaso, ese terror al rechazo de alguien que te conoce demasiado bien. Abrir tus puertas y al hacerlo descubrir que estabas equivocado. Quizá no necesitabas huir, quizá no necesitabas cambiar. Quizá sólo necesitabas encontrar algo diferente.




 "¡Maldigo ese momento! Cada noche me repito que es una estupidez, algo imposible que sólo me hará perder el tiempo y sentir una enorme frustración... Y sin embargo me despierto con esa sensación, ese nervio contenido. Después sus ojos me saludan y, como siempre, me olvido de todo lo demás."

Y que no haya un solo día sin poesía.


Un Noviembre congelado esperando verte sonreír.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Desarraigo.

Ni tú lo podrías comprender.

 Cerremos el show manipulado, acabemos con las mil noches de espera. Se acabaron los puntos finales, los puntos de sutura... los puntos y aparte. Se acabaron las historias, con o sin final. Sin incondicionales. Sin palabras bonitas, sin dolor, sin autocastigo. No más primaveras tras el invierno infinito.

 Y, mientras tanto, ella duerme sola, sin un "tú", sin un "nada", sin un "te quiero" innecesario o falto de realidad. Molesta el caparazón, ese muro necesario, esa falta de confianza. Molesta la incertidumbre, el conocer los imposibles, el cruzarse y abrazar la realidad. Molestia... o rabia de pensar en esa dulzura encubierta, de esa tierna mirada al despertar. Ese roce inesperado, esa risa, ese olor.

 Esa absurda contradicción.

Vencida. "No tenía nada que perder...hasta que llegaste tú."

"O hacer de tus brazos mi mejor sillón."





And a house is not a home when there's no one there to hold you tight, and no one there you can kiss good night.
I say, "I wanna be alone." I say, "I don't love you." But you know I'm a liar.

viernes, 5 de octubre de 2012

¿Lo has necesitado?

 Y qué importa el sonido de la lluvia, de las risas lejanas, el sonido a soledad. Qué importan las estaciones, la lentitud, las miradas o las prisas. Dime, qué importa el qué pensar, el como gastar el tiempo. Qué más da si aceleras el anunciado final.
 Quizá sea más sencillo huir, no hay nada que lo impida. Quizá no merezca la pena conservar aquellas palabras en papel mojado. Serías más sencillo eliminar ese momento, esa estúpida sinceridad. 
(...) No importa, el eco siempre vuelve, hay sensaciones de las que no se puede huir. Hay algo que siempre se repetirá, no importa el tiempo o el lugar. No te esfuerces en recordar... el recuerdo llegará si es necesario, si no es así no fuerces algo que no deseas.

 Ahora existe ese escondite real, ese muro inalcanzable. No volverá a ocurrir, la distancia perdurará. 

No quiero que me conozcan, así es más sencillo.
"Ríndete."
 


sábado, 1 de septiembre de 2012

Runnin' away


"Porque el amor, cuando no muere, mata. Porque amores que matan nunca mueren."

Pero no nos engañemos, ya no estará ahí. A veces no importa que lo intentes, a veces no importa la intención o las ganas de hacer posible ese deseo. A veces tan sólo importa ese momento exacto, ese instante perfecto en el que necesitas de esa mirada, de ese abrazo, de esa calidez instantánea. Y, quizá, eso no estará. No existirá el abrazo perfecto, la inesperada presencia, el correr y encontrar o el hacer sonreír. No existirá... no de la misma forma, no de la persona que debería ser.







Proporción opuesta.


Sin saber cómo ni por qué salió a la luz la perfecta proporción opuesta en nuestras  ganas. Mis ganas de abrazarle se transformaron es sus ganas de huir. La prisa por encontrarnos quedó velada por el correcto horario establecido. El saludo olvidado quedó sembrado de odio y, a su vez, no existió la dulce e indeseada despedida. La distancia entre nosotros quedó sumida por la prisa y las ganas de no vernos.
 Y, tras este caos, la sonrisa se transformo en una mueca que tapaba el ya disimulado dolor.

miércoles, 29 de agosto de 2012

De lluvia y demás.




 Os contaré un secreto. Mi corazón jamás latió con fuerza por una mujer, pero siempre mantuve oculto un instante perdido en el tiempo, algo sin importancia, pero que pudo ser real. O quizá fue mi imaginación, mi ego absoluto sobre todo lo que me rodeaba. Quién sabe, quizá para ella no fue nada, pero seguiré pensando que fue real.






 Un mal día, un día de esos en los que todo parece salir mal. Discusiones con la chica del momento, un mal entrenamiento, una incomodidad acomodada en mí. Un mal día. Y llueve, con fuerza, con ganas, como si el cielo quisiera burlarse de mí. Cargo, como siempre, con la vieja bicicleta que hace que el camino a casa sea más llevadero... excepto cuando llueve. Así que aquí estoy, parado en un portal observando la lluvia que no cesa, sabiendo que me espera un largo camino cargado de malos pensamientos. Ando, ando por esa calle interminable. Ando hasta ver algo que llama mi atención, algo que destaca bajo ese manto gris que cubre toda mi adorada ciudad. Esa luz roja, ese destello en mitad de la nada llama mi atención. Y esa oscura silueta se vuelve, lentamente, hacia mí. Me quedo parado, dudando de lo que se avecina, vacilando sobre dar un paso atrás. Y, entonces, nuestras miradas se cruzan. Unos profundos ojos azules se clavan sobre mí, su pelo cubre parte de su rostro y, por supuesto, no sonríe. Un escalofrío me recorre sin saber por qué. Nos conocemos, es obvio, compañeros de esos que no hablan a no ser que sea estrictamente necesario. Sin embargo ahí está, parada, esperando a que me aproxime hasta ella. Un mismo camino que jamás tomamos juntos. Y me paro frente a ella, no cruzamos palabra, tan sólo un gesto. Ella me cubre con su paraguas y caminamos juntos, sin hablar, sin mirarnos, hasta llegar al punto final. Ella seguirá su camino, yo ya llegué a casa. Estoy empapado, tanto como lo está ella. Y una nueva mirada, un "gracias" poco efusivo y un tranquilo "hasta mañana". La veo alejarse, no se gira en ningún momento. La observo hasta que la lluvia ahoga sus pasos y su silueta no se deja reconocer. Y entonces corro, la persigo sin saber por qué, la persigo hasta ver que entra en su propia casa. Y me quedo allí como un idiota, bajo la lluvia que no cesa, allí esperando que ella se gire. Esperando volver a temblar. 

Standby

Siempre en estado de espera.

 Acabó las últimas gotas de vino, vertió la tinta sobre papel mojado y alzó la vista hacia un cielo, de nuevo, cubierto de gris. Un nuevo instante perdido, una llamada que jamás llegó.
 Y esperar. 
 Un ruido tan huérfano como distante, tan vacío, unas letras que jamás volvería a entender. Trazos borrados  tras el derrumbe de ilusiones. Un "erase una vez" con un fin interrogante. Esperando...

 ...tanto. Tanto que acabó convertido en espera.

 


viernes, 3 de agosto de 2012

Falta menos, y a la vez falta tanto.


Despiértame, por una única vez haz que salga de este sueño infinito. Ven y arráncame de las sábanas que me ataron a su olor. Arrástrame a tu juego, concédeme una derrota. Conviérteme en cenizas y hazme volar a tu ritmo, allí donde existan las sonrisas. Hazme sentirme valiente para hacer de ti la mayor cobardía, atrévete a retarme para poder vivir mi pesadilla. Detén el tiempo, haz eterna la noche, haz que no exista ese nuevo día.
 Despierta la melancolía, aquella con la que me hacías vibrar y, de nuevo, haz que caiga en este letargo. Cóncedeme un último baile y márchate sin mirar atrás, como siempre hiciste. 

 Y así, de una sencilla forma amaneció y la realidad lo inundo todo. Excepto ese momento y ese efímero adiós. 

Agonía.


 Dulce y lenta agonía aquella que te vuelve la espalda y te abandona de cara a la pared. Y qué más da oír como se aleja, qué importa que no amanezca, que se tuerzan los caminos y se borren las despedidas. ¿Y ahora quién? Quién empañará tu espejo al ver perdida tu mirada, quién apagará las velas para preservar tu intimidad. Ahora abraza lo atroz de la pasión, los silencios vacíos, las mudas palabras. 

 Y sí, desde su orilla escucharás caer cada lágrima, pero no secarás sus ojos, no incendiarás su alma ahogada. No crees en esa realidad. Prefieres creer que su hielo un día no existirá, que al deshacerse no morirá. Y quizás tiembles al ver su pálido rostro, muerto y vacío, quizás entonces tengas miedo. Quizás pienses que no duele, o que ese camino no irá hacia ti. 

lunes, 23 de julio de 2012

Sin cumplir.


 
Prometí que no volvería a pasar, me conciencié en no volver a caer. No es salida, no es solución. Sin embargo caí, y seguiré cayendo una y otra vez. Quizá no sea fuerte, quizá sea una forma rápida y absurda de huir, pero es la única que conozco. Máscara, disfraz, pintar una sonrisa y ocultar el resto. No habrá dolor, ni sangre, ni lágrimas. No aquí, no ahora. No puedo permitir que se conozca aquello que provoca tal desesperación, no puedo depender de no volver a cometer el error. Está ahí, y es algo que no cambiará.

 Estuvo cerca, demasiado cerca. No quiero volver a tener ese deseo. Pero sigue aquí. 

Why so serious?

¿Y si me quedo sin palabras?

 Teníamos un trato, algo tan absurdo que parecía una amenaza. Ahora pienso con nostalgia en si recordará todo aquello o si el odio habrá borrado sus recuerdos. Hablo de ella como de algo lejano, pero sin embargo sigue aquí, poniendo mi vida del revés con un absurdo gesto. No importa, ya no importa si la eché de mi vida, sigo viendo su rostro a escondidas, quemando sus recuerdos para arrepentirme después. Pero supongo que el tiempo cambió mi manera de recordarla, ahora no hace daño. Pero seguiré huyendo de ella, observando a distancia, ahora me toca protegerme a mi.



 ~Digamos que no ocurrió, que nos quedamos callados sin explicación. Digamos que no te dejé marchar, que no te dí tiempo a buscar una huida. Digamos que cambié tu forma de sonreír, digamos que no hizo falta que me destruyeras para saber que te necesitaba a cada instante aquí.
 ~Digamos que no pasé las noches cazando estrellas para ti, esperando oír tu voz, esperando que me buscases de nuevo. Digamos que no me arrepentí. Digamos que hice lo correcto. 

Intoxicado.

 Famosos cuentos en los que el veneno o la maldición están escondidos en lo más simple e inocente, ya sean manzanas, agujas, rosas... Qué más da. El final es siempre el mismo: "el amor que todo lo vence". Pero qué ocurriría si el amor fuese el veneno, si esa magia maravillosa fuese el maleficio real. Pues seamos justos, no existe el amor sin sacrificio, no existe la luz sin la oscuridad. Todo, absolutamente todo debe estar equilibrado, si no es así algo falla. No consiste en tener una maravillosa historia, consiste en hacer maravillosa una historia que jamás lo sería. Guarda ese momento, sigue intoxicándote un poco más pues ese será tu remedio para la más cruel de las enfermedades. 


"Y ya dejé mi primavera en tu camisa, donde me niegas las caricias, donde me dejas...intoxicandome."



jueves, 12 de julio de 2012

'Cause...


Y esa es mi decisión. No me importa cuán loco suene, tengo la certeza de que estaremos juntos, como entonces. No sé si será en días, en meses o en años, no existe mi persona perfecta si no eres tú. Llámalo destino, llámalo cabezonería. No me importa nada. No me importa quién seas, con quién hayas estado o con quién estés. Volveré a por ti, volveré a luchar porque ese es mi deseo, esa es mi lucha, una lucha que no puedo perder. Ahora aléjate, puedes herirme, no me importará porque, finalmente, serás tú. 

Clover.

 Como si me hablasen de los siete pecados capitales, es ver su silueta y un escalofrío recorre mi espalda. Son esas ganas de abrazarle delante de todos, pero sin que nos vea nadie. Son esas ansias de que se crucen las miradas, de disimular las ganas de besarle. Ese laberinto mudo donde sobran las palabras, donde una tenue melodía separa la realidad del sueño. Allí, lugar en el que guardar el secreto a voces, el instante escondido entre sus dedos. Es esa lenta caricia y ese rápido robo de aliento. Ese plan prohibido y ansiado, ese paseo recordado. Son esas ganas de encontrarse una o otra vez.

 Pero, ¿y si estuviera prohibido? Prohibir algo tan dulce e intenso sería un suicidio no asumido, pero sí aceptado. De ser así llevaos lo que quede, salvad el volver a sentir. De ser así toma mi mano, sácame del sueño, odia cada gesto y cada promesa, pero no me dejes aquí. Abre de nuevo tus alas y vuela esquivando su radar, vuela y llévame lejos de aquí. Aunque desaparezcas, aunque tu destino no esté a mi lado. Déjame confiar en algo en lo que no creo pues sólo así podría volver. 





 "Porque yo ya no distingo su silueta. Sé que le perseguía, sé que era la luz que guiaba mi sueño, pero desapareció. Me dejó atrás confiando en que podría seguir sin su presencia, que todo sería mejor si no estaba a mi lado. Podría seguir. Hizo siempre lo correcto, hizo lo que era mejor, lo sé. Pero se olvidó de un pequeño detalle, no importa si me abandona, no importa si huye, estaré esperando porque es lo que decidí hacer, porque esta será mi nueva forma de luchar."

Olvidarse de olvidar.

 Si tú supieras.
 Si hubiese sabido que jamás volveríamos a vernos no hubiese soltado tu mano aquel día. Si hubiese sabido que jamás volveríamos a hablar, a reír o simplemente a mirarnos con complicidad jamás te hubiese abandonado. Si hubiese sabido que aquel abrazo sería el último, que aquella conversación se llevaría todo el pasado sin mirar atrás, créeme, nada hubiese sido igual. Pero aquí reside la magia de este caprichoso destino. Te da el mayor apoyo, te da la mayor sonrisa cargada de fuerzas para seguir. Y te la arrebata al menor error que cometas. Tienes que ganarte esa sonrisa día a día, debes luchar por ella a cada segundo pues si la dejas libre, si la hieres una única vez y de verdad, se esfumará. Nunca existieron las segundas oportunidades y, si crees haber disfrutado de ellas te equivocas. Si gozaste de una "segunda oportunidad" es porque, a pesar de todo, existía esa confianza, esa extraña conexión entre dos personas. Pero una vez se rompe no hay marcha atrás. no valen intentos, no valen lo méritos, no importa todo lo que pudo hacer o lo que haga en un futuro. Nada de eso importa, porque una vez roto el hilo que los une no hay forma de volver a unirlos.
 Quizá, por ello, si hubiese sabido que aquél día era el último te habría mirado de nuevo, quizá hubiese girado la cabeza, quizá un segundo más a su lado hubiese cambiado la historia. Quizá, si sólo hubiésemos sido nosotros dos la historia tendría un final diferente. O quizá no existiría ese final. 

miércoles, 4 de julio de 2012

De princesas y sapos.



 Y de cuentos que no existen.
 Dejemos a un lado las varitas mágicas, las alas de hada, los besos de amor verdadero. Dejemos atrás la creencia de que una mirada puede decir muchas cosas, de que se cumplen las promesas, de que no importa el obstáculo. Todo eso es mentira, el mundo de fantasía jamás se cumple en nuestra mísera realidad. Y es que la "luz" no puede vencer ya que la "oscuridad" posee mejores armas. Porque no se puede luchar contra la mentira y la traición.



 Ahora olvida todas esas sensaciones, todas esas ilusiones que que treparán hasta tu ventana para verte dormir. Olvida que encontrarás frases y poesía en el rincón más inesperado, olvida las sorpresas creadas con la mágica ilusión de quién cree amar. Olvídalo. Porque si caes no estará su mano, si lloras no estará su hombro. No luchará contra dragones por ti, no vencerá a la muerte con un beso, no secará tus lágrimas ni te hará promesas eternas. No, aquí no. Aquí sólo cuenta el momento exacto, el instante preciso en el cual haces lo correcto. Si te equivocas no habrá nada que te salve, si fallas se acaba el juego. Porque aquí no hay princesas que besen sapos ni príncipes que asalten castillos. 

martes, 3 de julio de 2012

Y hacer del caos un arte.

"Cuatro mil días después de aquel año obcecado detecto que, al fin, te dignaste a cumplir con la cita inaudible.Y me alegro.Y me enfado a la vez.
Después de estudiar con cuidado este caso ejerciendo, a la vez, de fiscal y abogado, de juez imparcial, sentencio lo nuestro diciendo que el fallo más grande pasó por guardar solamente los días más gratos y olvidar los demás.
Mirarte de frente. Admito en voz alta que no pocas veces he sido tentado en coger mi esperanza y lanzarla, sin más, a la fosa común dónde yacen los sueños que nos diferencian."


Tal vez... ¿has pensado en renunciar?
Yo aún no.

Hada helada en vuelo inerte...
tú nunca caerás.
Hada helada en vuelo inerte...
tú nunca cambiarás.

Tal vez... ¿has pensado en crecer más?
Más no.
Tal vez... ¿te conseguiste equilibrar?
Yo aún no.

Vamos a correr el gran sprint final.
Y al cruzar la línea los dos ganan.

Voy a romper las ventanas para que lluevan cristales.
Ven a romper las ventanas, ven a gritar como antes.
Voy a romper las ventanas y hacer, del caos, un arte.
Voy a romper tus ventanas y voy a entrar como el aire.





 Por ver esa silueta de nuevo, por ver esos ojos mirar con la misma intensidad de entonces. Por la promesa y la calidez de su mano. Por el aliento que le robaba cuando necesitaba respirar. Por aquellas sonrisas y absurdas preocupaciones. Por el apoyo y la ausencia, por la terrible sinceridad.


"Y, así, por una cosa tan tonta como ver unos conocidos ojos almendrados de tanto sonreír, se olvidaba de todo lo demás."

viernes, 29 de junio de 2012

Que yo me bajo.

 Es la sensación de saber que, entonces, no importaba. Nada importaba. La sensación de que el pasado quedo en eso, un simple pasado. El miedo de saber cómo podría haber sido, de conocer que nada hubiese cambiado. Quizá saber demasiado fue su error. Ahora ese recuerdo no desaparece de su mente, crea la mayor duda y el mayor malestar. Es egoísta y pretencioso, pero destruye su mundo en un mísero segundo. Esa sonrisa de suficiencia que jamás podrá olvidar. Clara ganadora, alza con orgullo su cabeza. Puede hacerlo.


Ganas tú, segundo asalto. 

jueves, 28 de junio de 2012

Ojos rojos.

 Algo no andaba bien. Quizá ese pensamiento fue el que le dio el valor para escapar. No era tan difícil, no dejaba tanto atrás... O igual sí. Pero ya no importaba, no en ese momento. 
Corría, sabía que, si no llegaba a tiempo, no volverían a verse, al menos no de la misma forma. Pero a veces el destino guarda un as en su manga, un as inesperado. 
Llegó a su destino... pero no consiguió llegar a tiempo, un pequeño capricho de azar. Dejó a un lado todas sus esperanzas, todas sus ilusiones. Se permitió caer, rendirse. Esta vez estaría atrapada, sin marcha atrás. No sería fácil, pero podría sobrevivir. Sobreviviría a base de recuerdos, con la absurda esperanza de que podría volver a ocurrir.

Llegó de nuevo, sin buscarlo, a su lugar. Lugar en el que todo empezó, lugar en el que no existió una despedida real. Aún recordaba sus palabras, su estúpido "te esperaré". No podría seguir esperando.
Demasiado perdida, demasiados recuerdos retumbaban en su cabeza. Era un final demasiado precipitado.


 -Y, como supuse, estás aquí.

 El destino es cruel y caprichoso, pero a veces guarda una sorpresa demasiado dulce. Jamás se iría, no sin ella. Jamás se iría sin volver a rozar sus suaves labios con su dulce aspereza. No podría. 

Porque hoy, como siempre, "te esperaré".

miércoles, 27 de junio de 2012

Maniac.

 "Desastre. Perder el encontrarle, romper esos momentos, olvidar las sensaciones. El frío eterno de su piel, su extraña sonrisa al verle marchar. La búsqueda constante de la perfecta melodía que pudiese retenerla para siempre. Un eco, una voz dormida. Un susurro sordo lleno de ganas de gritar. Huir de esa mirada nerviosa, abrazar sus ganas de huir. No dejar escapar su aliento, salvar de nuevo su pecado. Y olvidar.

 Estaré esperando, esperando hasta que seas tú quien me busque a mi"

viernes, 22 de junio de 2012

Roto.

 Hablan del "hogar" como de ese lugar en el que ser feliz, ese lugar en el cual refugiarte, donde poder reír de forma libre, donde poder llorar y desahogarte. Ese lugar en el que te aceptarán tal y como eres, que no intentarán cambiarte. Ese lugar donde el apoyo es fundamental, ese lugar al que podrás volver.


 Pero, ¿qué ocurre cuando desaparece tu hogar? ¿Qué hacer cuando no existe? ¿Y si no tienes lugar al que volver?


 Quizá ese hogar no sea algo físico, algo literal. Quizá ese hogar se haya quemado, se haya roto. quizá sólo quede el recuerdo de lo que pudo ser.
 Sin embargo hay algo nuevo, un nuevo refugio al que llamar hogar. Porque si todo se desmorona, si todo deja de tener sentido no se necesita más que ese abrazo que te diga que todo puede salir bien. Volver a tener ese apoyo, esa confianza. Esa sinceridad, ese cariño. Es algo difícil de entender.




"Quitar la venda de los ojos, ver que todo es diferente. No tiene por qué ser tarde."

jueves, 21 de junio de 2012

Incendios de nieve.

 Corría, corría hacia él, a ese lugar. Sabía que sería extraño, que quizá no era el momento adecuado, pero necesitaba verle, con urgencia, con una extraña necesidad. 
 Todo a su alrededor era distinto, las calles, al gente... no era como ella recordaba, pero no le dio importancia. Sólo pensaba en ese momento, en ese abrazo que necesitaba.
 Finalmente le alcanzó, sin embargo era otra persona. Un rostro diferente, un gesto extraño... pero ese alma que le hacía temblar. Era él, quizá en un cuerpo diferente, pero no podía ser nadie más que él. 
 Se fundieron en un abrazo eterno, hablaron con la mirada. Extrañados, nerviosos. Pero juntos. Era su instante personal, su efímero momento. Hasta que volvieron a la realidad.

 Una dulce despedida, un beso demasiado real. ¿Qué había ocurrido?

 "Tú... tú no me conoces en absoluto."


 Y abrió los ojos. Un sueño, sólo eso. Un  extraño y hermoso sueño que se repetía. Pero esta vez era diferente, lo sabía. No podía explicar por qué, pero así era. 
 Ahora podría volver a ese lugar, ese extraño sueño en el que podían estar juntos.

sábado, 16 de junio de 2012

Where is my mind?

 Pieza perdida de un puzzle. 
 Ese estúpido momento en el que deseas desaparecer, pero esta vez de verdad. Ese momento en el que no existe nada más que una absurda desesperación. Ese momento. El momento en el que haces aquello que más odias, te muestras débil y herido, demasiado vulnerable. Ese momento de huida, de desesperación. Ese momento en el que no existen sonrisas, en el que necesitas ser salvado de algo de lo que no puedes huir.
 Y desear... ese deseo que tanto aterroriza pero que, en el fondo, piensas que es el mejor. Ya no consiste en luchar, ni en escapar. Ahora sólo existe ese deseo de desaparecer.
 No servir, ser una mera carga. Ojalá fuera diferente, ojalá hubiese algo que ofrecer. Sin embargo no lo hay.

Ya sólo existe ese miedo, ese terror a saber que no serás suficiente. Jamás.
 Ese dolor pasajero, aguantar esas ganas de llorar. Sonreír, mantener la calma... y morir de nuevo. No quiero ser quien persiga una ilusión, no quiero dar la vuelta y temblar al ver que no duda ni un segundo. No quiero ser quien corra buscando un imposible. No quiero aguantar las lágrimas, fingir que nada importa, contar aquello que me mata con una estúpida sonrisa. No quiero. Pero es lo correcto.
 Por ello sólo buscaré una estúpida forma de olvidar, una muerte más lenta, más real.

 Ya sólo busco olvidar aquello que pude ser, ya sólo busco el dolor, desaparecer.
 Es absurdo, pero me aferré a una sonrisa, algo que me hizo escapar. Ese pequeño detalle, ese cariño guardado... eso me hizo seguir aquí. Puede parecer absurdo, estúpido, muy poco normal. Pero pensé en ello, pensé en que era lo que me hacía seguir... Lo que no me permitía abandonar.

viernes, 15 de junio de 2012

¿Dónde?

 Un momento que se escapa, una mirada huidiza. Seguirla sólo por saber que estará bien. Cuidar cada detalle y saber que jamás lo sabrá. Esa es tu causa, tu mísera realidad.
 Darle un momento de vida, ese aliento, ese empujón, esas ganas de vivir. Y luego morir tú, morir de nuevo, morir por su sonrisa y su presencia.



 Podrían cortar sus alas, mitigar sus sueños, romper sus esperanzas. Pero nadie sabría qué pasaría finalmente. Podía huir, podía luchar... Tenía demasiadas opciones. Y algo demasiado claro.
 Cuando un pensamiento es ambiguo está expuesto a demasiados cambios, sin embargo era tenaz. Tan tenaz que no importaba la pérdida, no importaba el dolor... o la soledad. Nada importaba. Pero siempre existe ese algo contra el que no se puede luchar.



 Darle un respiro a la vida, darle un suspiro al dolor. Creer que puede cambiar el pasado, obtener su futuro. Simples ilusiones llenas de humo y palabras. Sonrisas que persiguen al viento sin sentido ni piedad. Algo que se esconde tras unos ojos tristes. Un grito sordo, un minuto absurdo. Un infierno que no conocerán, un espejo que guarda demasiadas lágrimas. Y demasiado orgullo.





Drástico. Letal.
Perseguir y esperar.
¿Un comienzo? ¿Un final?

El final exacto para el cuento que no existió. Desteñir ilusiones en forma de coraje. Saber que es real y, a pesar de todo, dudar. Demasiado miedo guardado en cajas sin armar.
Un instante perdido, unas palabras jamás pronunciadas.

"Los sueños son para los novatos"
Y tú ya no lo eres.

Sería más fácil así.

martes, 12 de junio de 2012

Broken Dreams.

"Parado frente al mar mientras el mundo gira."

 A veces el mar llama con demasiada fuerza. A veces es más fácil perderse entre su espuma, dejar que las olas te lleven y, simplemente desaparecer. Olvidar porqué estás allí, olvidar porqué necesitas su caricia y su fría presencia. Olvidar.
 Perseguir estrellas fugaces que llevan consigo sueños imposibles, no dejar de correr, no rendirse. Intentarlo. Caer y levantarse. Herir, ser herido, dejar cicatrices para recordar quién eres, quién fuiste y quién no serás. Dejar morir la pasión, cerrar los ojos ante esas miradas. Volver la espalda a un abrazo, coser tus labios a la nada. Sin gestos de cariño, sin fuerzas añadidas.
 Mirarte y saber que algo está mal. Saber que ese deseo de desaparecer es real. Querer morir de nuevo, querer ser un recuerdo. Saber que serás olvidado, saber que quizá no te olviden. Y que eso no merezca la pena.


 Ese extraño valor, esas ansias de perderse nunca serán valoradas, ni conocidas. Son esos detalles que no se conocen, esas mentiras jamás descubiertas, esos engaños disfrazados de verdad. Eso que nunca descubriría. 
 Eso, tan bien escondido, tan expuesto a su vez.
Esa eterna desconocida. Esa maldita realidad. 

sábado, 2 de junio de 2012

No más.

 Y que desaparezca esa estúpida melodía, ya no tiene sentido repetirla.
 De nuevo corrió la sangre, de nuevo la soledad lo inundó todo. Es un desprecio hacia sí mismo que no se puede explicar. Todo perdido, todo olvidado. No existe un alma que se pueda salvar. Intenta luchar, intenta abrirse paso entre la hiedra que le cubre, entre los muros que se alzan hacia su persona. A veces es más fácil ver la vida tras su propio cristal, no herirse, no sentir. Que no existan lágrimas ni reproches, que no existan palabras prohibidas, ni sacrificios. Que  no se olvide la realidad, que no se hiera el camino. Dejar de marcar con sangre el camino para que alguien te pueda seguir. 

 Heridas que sangran... y que no lo hacen. Heridas que, quizá, no sanarán. 

 Sería más fácil tener algo que ofrecer, algo real y tangible. Sería perfecto ser normal, poder dar todo sin importar el resto.
Eso sería perfecto. 
 Sería perfecto arreglar el corazón a base de tiritas, poder curar el pasado con una simple mirada. Sería perfecto ofrecer un futuro. "Sería".

 Perderse y olvidar para no pensar en lo que importa. Perderse en algo que no te curará. Perderse, y después entonar una suave melodía que jamás se recordará. 

martes, 29 de mayo de 2012

I cry when angels deserve to die.



 "El ángel perdió sus alas. Las habían arrancado y quemado ante él. Su dolor no tuvo fronteras, sin embargo ni una sola lágrima cayó por su rostro al verlas desaparecer. Ahora esconde sus cicatrices, pero las observa con orgullo de lo que un día fue. Cayó, y volvería a caer una y mil veces por la misma razón. Perdería sus alas, pero su esencia envenenada, su destrozado interior, no cambiarían. Seguiría siendo un ángel por esa persona."




¿Dónde están las lágrimas? Después de tanto tiempo conteniéndolas no hubo forma de que  salieran. No hubo muestra alguna de dolor, tan solo la tristeza infinita de sus ojos, pero esa tristeza no sería fácil de percibir. Allí, bajo la infinita lluvia, se hirió a si misma. Con furia, con impotencia. Vio caer la sangre, notó ese extraño dolor. Y, al fin, las lágrimas inundaron su rostro.

Caótico.

 Y que las cadenas te aten de nuevo, que no exista el azar. Que mueran las palabras y se escape la voz. Que renazcan suspiros, que se acabe el amor. Que revivan los placeres, que prohíban las sonrisas. Que se acaben las lágrimas, que regrese la incomodidad. Que se sequen las nubes, que se apague el temblor. Que desaparezcan mis ganas, que se entierren los segundos. Que ardan las pasiones y se equivoquen los sueños.
 Hipotecar las ganas de abrazar, rendirse ante las tormentas. Dejar la lluvia caer, empapar cada hoja de papel fundido en mí, que nadie entiende mejor las palabras que una hoja en blanco. Y que la tinta que se esfuma al contacto con tu piel prenda de nuevo en ganas de seguir. Que todo acaba, que muere y no renace. Pero puede perdurar de forma diferente. Un tatuaje invisible a los ojos ajenos no es más que un recuerdo imborrable. Unos trazos a lápiz que jamás serán encontrados, todos los miedos guardados en un gastado lienzo sin armar. La tensión de que se conozca, la decepción al no ser encontrado. Las mentiras, las inquietudes. Todo demasiado caótico para ser comprendido.
 Alas arrancadas, plumas quemadas, nada con lo que poder volar.



 El intentar conocer la mente de una persona, sucio arte tan estúpido e inútil. Nunca llegas a conocer la mente de una persona, tan sólo llegas a conocer lo que tú, en tu máximo egoísmo, quieres que piense esa persona. 
Un salto al vacío sin redes que te puedan salvar. Confianza. 
Desdén.
Soñarte. 

domingo, 27 de mayo de 2012

Secreto a voces.

 Y, mirando al infinito, encontré un lugar en el que ser feliz.

 ¿Cuándo ocurrió? Qué más da. Ocurrió. Porque no  podía existir un final tan absurdo, porque sólo aveces merece la pena luchar por ese "no puede ser".
 ¿Dónde estabas? ¿Dónde me escondí? Preguntas con una respuesta que no merece ser escuchada. Preguntas y más preguntas... Preguntas ignoradas. No importa la respuesta, tan solo importa la realidad, esa maldita realidad de la que no podemos huir. Y ahora, con más fuerza que nunca, se alza ante nosotros. Quizá se imponga herida, cauta. Quizá ilusionada, armada de valor, de ganas, de tiempo. De algo importante.

 Superar el miedo, superar el terror a las palabras. Ver de nuevo, pero sin cristal ante ti. Poder tomarlo todo. 


Quizá sólo necesitaba esa mano, esa fuerza para no caer. Una mirada, un gesto, un abrazo, una sonrisa... No sé qué fue exactamente. Sólo sé que fuiste .



"Es decir te quiero a gritos... o entre dientes."

martes, 22 de mayo de 2012

Y me tiemblan los pies a su lado.

 Pedir demasiado.

 ¿Lo escuchaste alguna vez? El sonido de esa persona alejándose de ti. Quedarte distante observando su silueta desaparecer, saber que no se volverá para mirarte. Y morir.

 Saber que te equivocaste y no poderlo arreglar. ¿Orgullo? ¿Miedo? Eso no importa, nunca lo hizo. Al final sólo importa el momento.


 Y, ¿ahora qué hacemos?


 - ¿Cuándo dejó de importarte?
 - Cuando te alejaste de mi.

 Gritar en silencio, que parezca que te escucha. Buscar su mirada, encontrarla. Temblar. Una sonrisa, miedo. ¿En qué estará pensando? Volver a temblar. Que se pare el tiempo, que no se aleje. 
Haz que sea infinito esta vez.

viernes, 18 de mayo de 2012

Quema de Brujas.

 Quizá sería lo único que podría pedir. Arder. Y, al arder, dejar atrás todo. Arder y desaparecer como antes deseaba. O simplemente arder.
 Arder con un fuego capaz de resucitar almas, de quebrar un frío demasiado intenso.
Arder,  y que el viento lleve las cenizas para quemar tus ojos y abrasar tu piel. Arder hasta que se recuerde el mayor olvido, hasta que se fundan los espejos que reflejaron la realidad.
Arder, hasta que la indiferencia se agote, hasta que se rompa el hechizo y despierte del sueño. 
Arder hasta que vuelvas a ser tú.
O, simplemente, arder. Sin más.

jueves, 17 de mayo de 2012

Cerca.

"En realidad no te he perdonado, nunca fui tan noble como para hacer eso. Tampoco me gusta sacrificarme, no soy tan altruista. Pero me diste razones por las que seguir, quizá desconozcas muchas de esas razones. O igual piensas que te lo mereces, no lo sé. 
Y jamás lo preguntaré. 
Pero ese momento existió. Existió ese odio y esa rabia. Después sólo quedó una extraña tristeza.
Pero no me hagas sonreír, es cruel. Eres cruel, sin quererlo. Matas cada segundo de mi existencia, lo vas despedazando a modo de esperanzas. 
Esperanza. Una palabra. Un sentimiento demasiado peligroso.

Pero me conformo con verte alejarte, con ver el viento acariciar tu camiseta mientras huyes."



Ahora me doblas la distancia y sumas cien.
Voy a llamarlo decepción. Decepción que creí superar. Decepción demasiado clara. Pero me he cansado de ir a por ti, de lanzarte verdades a la cara. Me he cansado de rescatarte de tu propio agujero.
¿Me vas a culpar? Adelante. Cree lo que quieras, yo no me voy a defender más de unos ataques sin sentido. 

lunes, 14 de mayo de 2012

Ya no la quiero, es cierto... Pero tal vez la quiero.

Para luego desaparecer.
 "¿Lo mejor? Nunca confíes en nadie que no seas tú. Nunca le des a una persona tu corazón. No le muestres tu debilidad, aunque en ese momento confíes en esa persona. No lo hagas. Porque tendrá el poder de hacerte daño, sabrá tu punto débil y sabrá cómo mover los hilos para hacerte caer. 
 ¿Yo? Yo volvería atrás, volvería a aquel momento en el que nada era capaz de llegar a mi, en el que mis muros eran invencibles. Volvería a mi momento de eterna soledad. Soledad en la que no podían hacerme daño.
 Ni siquiera ames, ni quieras. Porque esas son las armas más mortales."

domingo, 13 de mayo de 2012

Pero no se acaba el amor.


  "Cuando sólo la muerte puede vencer al amor."

 -Buenas noches, pequeña. Te he traído algo que, quizá, te guste y te recuerde a mi en aquel lugar. Sí, son un par de fotos, una estupidez, ¿no crees? Pero traerte esto, a modo de despedida, no es más que una escusa para disculparme. Sé que no hice bien las cosas y... ¡Oh! ¿Esto? Sí, son unas rosas, creí que podrían ayudar. 
 ¿Sabes? A veces me sacas de quicio, no hay quien entienda que es lo que quieres, cómo te sientes, qué debería hacer. Eres muy rara. Mantienes que odias que te regalen flores, lo sé. Dices que una flor es bella durante unos efímeros momentos, que su dulce olor se convierte en muerte, y que odias eso. Pero he visto tus ojos cuando miras una flor, te he visto sonrojarte cuando te he dado una, aunque sea una estúpida pequeña flor de un parque. Te gusta, te sientes querida así. También odias hacerte foto, pero te haces miles. Te encanta guardar esos recuerdos y, después, observarlos, recordarlos y archivarlos en tu loca cabecita. Tan absurdo... Tanto como tú. Tú, que odias mostrar tus sentimientos, que no soportabas la idea de que nadie te vea llorar, sin saber que tus ojos llenos de lágrimas son la cosa más bella y triste que jamás podré observar. Tú, que te empeñas en que rendirse siempre era una buena opción, pero no te he visto hacerlo jamás. Tú, que me has dicho mil veces que me aleje, pero nunca te has apartado de mi lado. Has odiado cada segundo que te dejé sola. Eres tan contradictoria que me das rabia. Tanta rabia.. que aquí me tienes ahora. Odiándote con cada poro de mi piel, odiando que ya no me escuches, que no pueda hacer nada. Odiando quererte con demasiada fuerza, saber que me querías a pesar de todas las veces que huiste de mi. Te odio, te odio porque te has alejado de mi. No existió una despedida, no existió nada. Nada. Un hasta luego, un "eres idiota". Y una sonrisa que no puedo olvidar. Sigo viendo esa sonrisa, me sigo preguntando por qué no corrí tras de ti, por qué no dejé de lado todo. ¿Qué más daba sufrir si estaba contigo? Y, ahora, no puedo decirte nada. Te has marchado, esta vez de verdad. A un lugar al que no puedo seguirte, no aún. Me has enseñado muchas cosas, demasiadas. y no puedo olvidarte. Por eso he venido aquí, a decirte cuanto te odio, para que recuerdes lo que me has hecho. Tú, pequeña odiosa, me has hecho vivir de nuevo. Por todo ello gracias. Y recuerda, te odio... te odio porque te he querido demasiado. Porque te quiero demasiado y tú te has alejado de mi...

 Jamás existió una respuesta, sólo la fría noche y ese odioso silencio. No volvería, pero siempre estaría allí. Porque él jamás la olvidaría.


Y yo no busco más que alguien que me quiera acompañar en este universo.
(...)
¿Por dónde va el amor que se me escapa cuando intento enamorarme de ti?

sábado, 12 de mayo de 2012

Poesía envenenada.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche...





"-Yo soy un sueño, un imposible
vano fantasma de niebla y luz;
soy incorpórea, soy intangible:
No puedo amarte.
-¡Oh ven, ven tú!"




 Y es que estamos hechos de ganas de romper los imposibles. Parece que caer una y otra vez con la misma piedra no nos parece suficiente. Somos capaces de luchar, de rendirnos, de llorar y reír, y que siempre sean las mismas razones. Simples humanos guiados por... ¿Por qué nos guiamos? 
 Los más profundos dirán que nos guiamos por el corazón, los sentimientos, las sensaciones... Otros, más racionales, dirán que nos guiamos por "la cabeza", nuestra mente, calculando los pros y los contra de cada decisión. Supongo que aquí reside la famosa lucha "razón-corazón", lucha que todos hemos sufrido, con mejores o peores resultados. Pero hay algo claro, no importa con qué nos guiemos, siempre caeremos de nuevo en nuestro imposible particular. Siempre. 
A menos que se esfume la realidad. 

viernes, 11 de mayo de 2012

Ganas tú.

Estoy cansada, duele. 

 He cosido tantas veces estos pedazos que ya son imposibles de unir. Pedazos que desconoces, es obvio. Jamás te paraste a conocer nada, simplemente querías la perfección sin saber que algo roto jamás podrá acercarse a ella. Basaste la perfección en una gran mentira, una mentira que ni tú ni yo creíamos, y que ahora sale a la luz. De nuevo. 
 Jamás me acerqué a la perfección, pero tampoco quise hacerlo. 

"El orgullo a mi me pierde y eres tú quien me has perdido poquito a poco."
 ¿Y te sorprenden mis ganas de huir? Mataste la escasa confianza en mi misma que poseía, la mataste al no confiar en en mi. Tú tampoco confiabas en mi. Y nadie lo haría. ¿Cómo apoyar una causa inútil? Pero no te sorprendas por nada... Al final todo acaba donde debería. Lejos.
 No es nada nuevo, sólo esperaba no desaparecer antes de mi anunciado final. 

jueves, 10 de mayo de 2012

Y eras capaz de predecir cada suspiro...

¿Y si hubieses cerrado los ojos?
 Escondidos tras un velo transparente, lugar donde nada se puede esconder. Conteniendo las ganas de estar cerca, huyendo por cobardes, otra vez. Lunas con sabor a sangre, amaneceres llenos de soledad. Un recuerdo que quema, un adiós por confirmar. Palabras mudas, reproches malsonantes. Tú tranquilo y yo descalza sobre zapatos de roto cristal. Un roce que llega, una mirada distante detrás. 'Quiero verte', y no me buscas. Puedo verte y no lo haré. Siempre distantes, siempre huyendo, demasiado cerca tras un papel. Relatos sin fin, canciones de amor, indirectas directas, un instante, tú y yo. Promesas por cumplir, momentos que no llegarán. Tú, tan atado y asustado, yo tan fría y sin amar. No me crees pero me escuchas, no te miro pero adoro tu mirar. Y confías y te reto. Ahora me salvas pero me dejas caer igual. Yo te busco, tú me encuentras. Te persigo, me sonríes. Te alejas y no te giras, me giro y te paras a mirar. Siempre tan contrarios, siempre tan distantes, siempre tan cercanos. Polos opuestos que se unen sin remedio. Tú te alejas, yo me alejo. Pero juntos funcionamos mejor.
Vuelves, regreso.

A escondidas, algo que jamás podríamos aceptar. Un efímero momento, quizá no volverá a pasar. Tú huiste entonces, huí esta vez yo en tu lugar. Ahora me buscas y yo me escondo, y cuando te busque te esconderás. Demasiado dulce en tus momentos, demasiado para ser real. No me busques, que me encuentras, no te marches nunca más. Un nuevo plan fallido pero siempre con ganas de más. No crees una oportunidad, sabes cómo acabará. Un tú y yo que no existe. 
Un tú y yo que existirá. 

It's a cold and it's a broken Hallelujah.

"De otro, será de otro, como antes de mis besos."

 Demasiado por perder entonces, demasiadas emociones mezcladas con miedo y placer. ¿Hasta dónde llegan nuestras ganas de ser felices? ¿Cuánto daño podemos soportar... o causar? 
 Pero existía algo, algo que se podría conservar, algo que no era necesario perder. Dolía, dolía ver como perdía de nuevo, como sentía esa soledad. Pero un recuerdo llegó a su mente. Unas palabras; 'Ven conmigo'. Eso era imposible. Pero mantendría a su lado la esperanza, quizá se volverían a encontrar. Quizá, finalmente, podrían estar juntos. 

Feliz Cumpleaños, papá.


 Sobran decir palabras bonitas, historias adornadas... todo eso sobra. Porque no hay nada más simple, más cierto y más claro que esto. A pesar de cada grito, de cada pelea, cada roce o discusión. Gracias a cada risa, cada comentario estúpido, cada momento de confianza. A pesar de todo esto, y gracias a todo esto, estoy ahora aquí pudiendo decir algo: Feliz cumpleaños papá. Gracias por todo. Te quiero

-Me duele la cabeza.
-Eso es que vas a tener las trenzas muy apretadas.

Wine II.

Y volvió. Estaba segura de que volvería a ver esos tristes ojos y esa copa de vino. Pero, a pesar de esa tristeza infinita, de ese aura de dolorosa ternura, hoy sonreía. Sonreía con ganas, sonreía perdido en los ojos de una mujer. Una mujer, a simple vista, muy diferente. Parecía llena de energía, riendo y hablando mientras él, apático, sonreía delicadamente. Mantenía la misma cordialidad, pero había algo distinto en él. Emoción, felicidad.
 Es absurdo, pero ver esa imagen, ver esos ojos tan tristes que me habían hecho pensar tantas historias, ver sonreír a tanta tristeza, me hizo sonreír a mi. 


Pequeñas sonrisas que esconden algo más. 

jueves, 3 de mayo de 2012

Ese dulce momento.


Y, como era de esperar, llego ese momento. Llego el momento de confiar en él. Y así lo hizo. Había algo en él que le resultaba adictivo, se sentía estúpida por volver a confiar. Estaba convencida de que volvería a perder. Pero esas palabras cambiaron el momento, cambiaron esa absurda sensación de inseguridad. Un susurro, un "te quiero" a media voz. Unas palabras dichas de forma suave, pero a la vez con una fuerza indescriptible. Unas simples palabras pronunciadas en el momento preciso, con la mirada más sincera que ella pudo recordar. ¿Cómo no confiar en él? ¿Cómo no corresponder esa infinita dulzura? 

 Deseó olvidar todo el dolor, todo el pasado y perderse en su beso para siempre. Él, siempre tan directo, tan sincero desde el primer momento. Él, que la había salvado de esa extraña soledad, de esa oscuridad que la agotaba a cada segundo. Él. 
 Y recordó, de forma fugaz, todo ese tiempo. Recordó su primer cruce de miradas, sus primeras torpes palabras. Las conversaciones cargadas de ganas de conocerse. Las discusiones y las risas. Los roces nerviosos, las miradas huidizas. Las despedidas que nunca acababan. Recordó la primera vez que le cogió la mano, recordó el primer beso, tan íntimo, tan deseado. Ese beso que tanto la aterrorizaba. 
 No necesitaba más, él era su comienzo, era el inicio de lo que siempre deseó. Lejos de ser perfecto, lejos de ser un príncipe azul. Porque él era especial, él era para ella. Ella era para él. 

  Le sonrió,como tantas veces antes y, a la vez, de una forma totalmente nueva. Le sonreía con más ganas que nunca, y él le devolvía la sonrisa. Porque era su momento, sólo de ellos. Porque, esta vez, sería infinito.
Se hicieron especiales, se hicieron inmortales. 





"No importa lo que pase. Nunca dejes marchar a tu persona importante. No elijas la muerte para proteger a esa persona. Para protegerla realmente debes vivir, no importa lo que suceda. 
Así estaremos juntos, para siempre."


Podría no ser así.

 -Estás aquí...
 -Nunca me he marchado.


En el mismo espacio, tú y yo, pero no en la misma vida. 
 "Algo falla cuando rodeado de gente te sientes solo"
Repetir mil veces una misma frase no haría que cambiase nada. Allí, lejos de cualquier lugar conocido, con unas simples ganas de escapar, allí se encontraba. Pero siempre existe esa chispa que puede cambiarlo todo por unos instantes. Algo simple como una sonrisa, o algo más profundo como una mirada. 
Allí estaba, a una prudente distancia, pero con la vista clavada en sus ojos. Parado entre la multitud, ajeno al paso de los segundos. Es ese instante, mirada con mirada, cuando tu corazón vuelve a temblar. Y al temblar revive. 
Pero, siempre efímero, ese momento acaba.
Aunque la historia podría no ser así...


"No me conoces en absoluto pero, por un día, dejaré que sea diferente."



De ceniza...

 (...) Pues murió en mis brazos, sin más. Algo que jamás creí que se podría romper, algo con una fuerza que me hacía temblar. Ese fénix, cargado de calor y cariño, murió. Y murió como los valientes, con su cabeza bien alta hasta el final, hasta que se permitió rendirse y, por intentarlo, perder. Ya no existía cura para una herida mortal, para tanta sangre derramada. No existía consuelo, ya no existía nada. No más que un absurdo vacío, un vacío que sería su propia destrucción. Nada, nada podría hacer que remontara el vuelo, que su mirada no desprendiese la más absoluta de las tristezas. Y, sin más, murió. Ante mi mirada helada, ante mi total impotencia, ante mis ganas de querer morir en su lugar. Y es que no podría soportar perder esa belleza, debería brillar sobre todo, sobre todos. Algo único, algo que no se puede explicar. ¿Mágico quizás?

 Pero mantendré la esperanza y mi fuerza, pues es algo seguro en mi interior. Sé que renacerá, de ceniza, de perdón. Pero se alzará de nuevo, se alzará ante un nuevo amanecer.