viernes, 27 de abril de 2012

Y que el viento no deforme tu sonrisa.

"Pasa a mi lado su olor, contengo la respiración."

 No es tan raro recordar por qué sonreía entonces. Ahora todo cobra sentido, pues basta volver a perderse en sus ojos, en su risa, en su manera de hablar. Y es entonces cuando entiendes que se ganó un sitio en ti, un sitio que nadie más puede ocupar. Quizá ese sitio antes era enorme, quizá ahora sea más pequeño. Pero puede volver a crecer, ese es el gran peligro. Y si crece es porque, esta vez, ves la sinceridad. Ves que no hay barreras, ni límites. Puede que te abra su corazón, algo extraño y adorable. Y, como ya sabía, tan sólo tenía que esperar y demostrar que jamás soltaría su mano. Ya no importaba la distancia que pudo haber, no importaban los muros, había conseguido que aquello fuese sincero. Ahora las emociones salían solas, ya no había huidas desesperadas. Ya no existían las despedidas incomodas y forzadas. Ahora cogía su mano sin rechazo, ahora las despedidas se alargaban con la esperanza de no tardar en regresar. Porque había conseguido mantener su sonrisa, quizá le estaba alcanzando. Quizá se dejaba encontrar. O quizá es quien busca ahora. Quizá, sólo quizá, algo haya cambiado. Quizás. 

lunes, 23 de abril de 2012

¿Sólo un sueño?


Estaba sumida en sus pensamientos, con la mirada perdida y un dibujo a medio hacer sobre su regazo cuando él llego por su espalda. La llamó, como tantas otras veces, pero ella se asustó y volvió a la realidad de inmediato. Se giró para mirarle, pero esta vez era diferente. "Le estoy dando demasiada importancia" pensó. Aparentó estar como siempre, hablando y bromeando con él hasta que, en un momento dejaron de hablar y ambos se quedaron mirando el vacío. Ella suspiró.



-Ahora sería un buen momento para que me contaras qué te pasa, ¿qué te preocupa? Estás totalmente ida.
-No es nada, de verdad. No es necesario que te preocupes, es una tontería.
 Él la miró fijamente, y ella tembló. Había observado esos penetrantes ojos miles de veces. Lo había visto llenos de felicidad, de preocupación, de melancolía... Pero ahora verlos así, tan fijos en ella y, después de esa absurda sensación, la ponían muy nerviosa.
-Está bien, si no quieres confiar en mi lo entiendo, pero no me mientas.
-Tú y yo somos amigos, ¿verdad?
 Por su expresión, desde luego no se esperaba esa pregunta. La miro entre sorprendido y divertido.
-Lo somos. Quizá nuestra relación sea rara, pero somos buenos amigos... pero eso ya lo sabías. Dime qué pasó.
-Tuve un sueño, y ahora me siento fatal por ello.
-¿Por un sueño? -rió, aunque parecía preocupado- Cuéntamelo, quizá así te entienda.
-Necesito que me prometas algo. Prométeme que no me juzgarás por esto.
-No le des más importancia, es sólo un sueño. Una vez leí que los sueños son una forma de ordenar ideas, que sueñas con las últimas cosas que pensaste antes de dormir, ya sea consciente o inconscientemente.
-Créeme, esa información no lo hace más fácil.
-Sorprendeme. 
Cogió aire y se armó de valor.
-Bien, recuerda que no me juzgarás. ¿De acuerdo? El sueño comienza como una de esas noches en las que todos quedamos. Estábamos en una casa, me resultaba conocida. En uno de esos momentos tú te acercaste a mi, como siempre, y pasaste tu brazo sobre mis hombros. Esto no es nada extraño, lo haces continuamente. Entonces me diste un beso en la mejilla, esto no es tan malo... pero en mi sueño lo era. Nos observaron, como si supiesen que algo podía ocurrir. Entonces me sacaste de aquella habitación. Recuerdo que estaba muy nerviosa, pero no sabía por qué. Y me abrazaste. Me abrazaste y me volviste a besar, en la mejilla. Te acercaste más a mi... estábamos frente a frente. Quizá no me entiendas, muchas veces hemos hablado así, muy cerca, pero ambos sabemos nuestro límite y... en mi sueño habíamos olvidado ese detalle. El detalle de nuestro límite.
-¿Te besé?
-No, te dije que no podíamos y me respondiste que ya lo sabías. Luego empezó a entrar gente... no recuerdo mucho más. Pero me desperté un poco agobiada. Cuando has llegado estaba... bueno, estaba pensando en eso. Sé que no es correcto, que no es más que un sueño pero sentía que te lo debía decir.

Él no respondió. Se quedaron en silencio durante unos minutos.
-Así que sólo un sueño...
Ella le miró. Volvía a tener esa mirada. Entonces la abrazó, y ella no supo reaccionar. La abrazó y besó su mejilla. Y, tras este gesto se acercó aún más, pegó su frente a la de ella y le habló en voz muy baja.
-Se puede quedar en un sueño. Sé que ambos conocemos nuestro límite y que esto es un enorme error. Pero quiero que sepas que jamás me equivocaría con alguien que no fueses tú.
-Equivocarse... -hizo una mueca, mezcla de sonrisa nerviosa y ganas de reír- por desgracias algunas equivocaciones suenan demasiado bien. Pero alguien debe mantener la cordura en esos momentos, y yo confío en que seas tú.
-Jamás me he caracterizado por mi cordura.
-Entonces tenemos un problema.
-Bueno...eso ya lo veremos.

(...)




sábado, 21 de abril de 2012

Y si...

 Nunca me he caracterizado por mis ganas de hacer amigos, ya sabes. Quizá sea un poco exigente, un poco maniático, pero si no me interesas, si me decepcionas, si creo que no mereces la pena te eliminaré de lo que se consideraría "mi vida". Y sin embargo aquí me tienes, bajo un estúpido cielo que llora ante nosotros, bajo un inmenso cielo que se burla de esta situación. Pero me gusta tenerte cerca, tu abrazo que llenó esa extraña soledad. No sé qué significa, tan solo note un enorme cariño. No lo quiero malinterpretar, ni quiero ni puedo. No es justo. Pero me gusta ese extraño calor. No me molesta sentirte cerca, ni tus manos, ni tus abrazos, ni tu casi inaudible respiración. Es tranquilizante, me recuerda a un estúpido estado de paz, de sentirme vivo. A veces me gusta sentir tu hombro junto al mío, tu mirada fija en mí, tu sonrisa irónica. Me gusta cómo te ríes con algunos comentarios, como observas de reojo algunos de mis movimientos. Me gusta como plantas cara a lo que te irrita, como defiendes tus gustos e ideales. También como escuchas y debates. Y, de igual forma, no tenemos nada en común. Y, sin embargo, es demasiado agradable tenerte a mi lado. Sé que te he buscado cuando te he necesitado, cuando he necesitado ese calor. Es algo imposible, una estúpida sensación. Pero es algo que necesitábamos probar. Quizá hoy te he necesitado entre mis brazos, de la misma forma que tú me has necesitado a mi. Necesitaba estrecharte entre ellos, sentir que jamás iba a terminar. Necesitaba abrir mis ojos y despertar junto a ti. Pero sólo hoy. ¿Quién sabe? Quizás mañana. Pero no es nuestra realidad, es nuestro sueño. Es un sueño que necesitábamos cumplir, pero que podemos obviar. Ahora tengo esa duda, la duda de si sentirás lo mismo. Si sentirás ese vacío, osas ganas de repetir, ese dolor y culpabilidad. Me pregunto si ahora piensas en mí. 

martes, 17 de abril de 2012

Pero no hace daño.


Esa es la primera sensación que se siente. Notas ese nudo en la garganta, ese cosquilleo en el estómago. Una mirada huidiza, lejana. Empiezas a observar a esa persona cada vez más, sin darte cuenta. La quieres conocer. Quieres escuchar sus historias, y mirarle. Quieres estar a su lado, sentir su roce y volver a temblar. Ahí reside esa magia. Y duele, duele ver la lejanía real. Duele esa presión en el pecho, duele esa emoción. Duele, pero no hace daño. 

Suficiente.

 Por esta vida he tenido suficiente.
 Ya vale de derrochar maldad, de pisotear sueños, de hundir ilusiones. Basta de esas ganas de hacer daño por el simple placer de ver sufrir. Ya vale con esa mala intención, con la búsqueda gratuita del dolor sólo porque no es tal y cómo tú querías. Ya es suficiente. Declaro ganador al dolor. Han ganado los golpes, insultos. Ganó la sangre derramada. Simplemente ganó. Ahora dejad que los perdedores se retiren, que puedan llorar en paz. Dejad que recojan sus pedazos como un burdo recuerdo de lo que un día fueron. Dejad que puedan marcharse en paz.

 Y es que es fácil ganar así. Si cada día recuerdas hasta dónde puede llegar la inutilidad, si cada día recuerdas que no vales nada, si cada día entiendes que no deberías existir. Ya es suficiente

domingo, 15 de abril de 2012

Tú no sabes lo que tienes.

 -Y disculpa mi bordería al decírtelo, pero de verdad que no lo sabes. Crees que sabes lo que tienes, y no es así. Parece que lo único que quieres es despertar en una estúpida habitación blanca, o quizás no hacerlo. Son cosas que jamás comprenderé. 
 -Pues discúlpame tú a mi, ahora. No necesito más lástima, más reproches, ni mucho menos más "esto es lo que debes hacer". No. Quizás si necesite esa habitación. Quizá necesite desaparecer. Todo sería mucho más tranquilo. Y lo sabes. Sabes en qué momento algo sobra, en qué momento se debe alejar. Y, ahora, sólo quiero que todo acabe. Yo no puedo aguantar otro peso sobre mi, no soportaría otro reproche, otra decepción. No sabes cuánto duele esa mirada discreta de decepción. No sabes hasta dónde llega esa impotencia. No, no lo sabes. Pero jamás lo sabrás, porque no conoces la parte oscura de esta historia, una historia que no merece ser contada.


(...)en la próxima tormenta... Yo me conformo con volver a ver tus ojos brillar con cada rayo. 

miércoles, 11 de abril de 2012

Lunas.

 Me pierdo, ¿sabes? Me pierdo mirando la Luna. No es más que un enorme pedazo de tierra que gira a nuestro alrededor. No tiene nada hipotéticamente especial, pero a mi me fascina observarla. Adoro ver cómo cambia de forma (aunque en realidad siempre sea la misma), es un engaño algo peculiar. 
 Me gusta, (¡cómo no!) cuando está llena, en su máximo esplendor. Iluminando todo el cielo, ocupando gran parte de él. Me gusta cuando está empezando a aparecer, cuando sabes que queda poco para maravillarte con su luz, cuando te muestra esa media sonrisa que, a veces, te provoca una sonrisa a ti también. Me gusta cuando va desapareciendo porque siempre guardo la intriga de qué noche no se verá, de si volverá a crecer como antes. 
 Pero, sin duda, la Luna que más me gusta es aquella que se alza de forma dolorosa, de ese color rojizo que provoca sensación de terror, de ahogo. Esa luna que impone respeto, que recuerda que no siempre se puede brillar, que existe otro tipo de belleza más oscura, tenebrosa quizá, pero inmensamente hermosa.
 Me gusta, me gusta esa Luna. Porque a pesar de brillar por el mero reflejo de algo más grande ahí está, siempre. Encontrando la forma de reflejar ese brillo, de recordar que está ahí, y que es importante. Y, si pudiera, elegiría siempre esa Luna rojiza, quizá de ese modo recordaría siempre el porqué de su fascinación.
 Por ahora me conformo con, rara vez, mirar al cielo y encontrarla ahí, desafiante, recordándome la auténtica realidad. 

martes, 10 de abril de 2012

Igual ya estoy loca.

 ¿Y eso cómo se hace?
 Me sorprendí a mí misma con esa pregunta. Ver a una pareja "mayor", tumbados en un parque como dos niños en su primera cita. Ver esas risas y ese cariño me llamó mucho la atención.
 Y allí estaba yo, frustrada por ser incapaz de entender tantos números sin sentido, sentada bajo un árbol alejada de ese Sol del que todos disfrutaban y leyendo, leyendo para ser exactos un libro que se podría clasificar como "autoayuda". Intentando entender un poco mejor. Me resultó irónica la situación, envidiable quizá. Y después recordé este último capítulo de "HIMYM". ¿Dónde estaría yo dentro de tres años? No tenía la menor idea, pero sabía algo. Quería algo parecido a lo que veía, quería no necesitar "autoayuda".


Buenos días.

 Despertarse, "buenos días pequeña". Un poco de café, dejar la cama para hacerla en otro momento. Caminar por toda la casa, descalza, buscando no-sé-qué cosa. Ver que es tarde y marcharse. Un poco de música y viento, una esquina. Una mirada, una sonrisa, un buenos días que nunca se escucha por la música demasiado alta. Girarse de nuevo y volver a sonreír. Y así, en escasos segundos, querer correr para sonreírte a ti, para que se cumpla ese "buenos días".

lunes, 9 de abril de 2012

Brilla con la fuerza de un millón de soles.

"Algún día, ni pronto ni tarde, simplemente en el día exacto, ocurrirá. Esa lluvia de sangre lo cubrirá todo, ese será nuestro momento." 

 Tenía muchas ganas de escribir algo, siempre tuve varias ideas que me cruzaron la mente y, ahora que quiero hacerlo, no me salen las palabras. Pero cada día me alegro más de haber luchado contra tus muros, y me alegro aún más de que me dejases entrar. Porque han sido muchas pequeñas cosas las que nos han traído hasta aquí y, créeme, esa confianza es difícil de adquirir, y más difícil aún de olvidar. Son muchas, muchísimas risas, muchas noches de conversaciones absurdas, de juegos, de fotos, de frases e historias. De confianza. Y tantos momentos "malos", saber que tienes un apoyo es algo que no se puede explicar.  Porque has estado ahí, siempre. Desde el primer día hasta hoy. Que no sé cómo agradecerte esos días; que el recuerdo de nuestra primera quedada para comprar no se me olvidará, esa lluvia y ese nervio de "hemos quedado, de verdad, es increíble". Quedada a la que siguieron muchas tardes y mañanas de vicio, algo que me encanta. De muchas risas, de miedo y angustia, esas cosas que parecen tan vulgares pero que hacen mucho en nosotros. Y que jamás, jamás olvidaré ese momento en el que el mundo se me vino encima, en el que necesitaba huir, llorar, qué sé yo... Y que tú, al otro lado de una pantalla supiste tranquilizarme, supiste mandarme ese cariño que necesitaba. Tú me salvaste aquel día de derrumbarme sin remedio.
 Y es que todo lo que pueda citar quedará soso, superficial. Le faltará sentimiento. Porque tú te has convertido en esa personita tan especial en mi vida. Que no sabría como darte las gracias por muchas cosas. Pero que quiero, y estoy muy segura, de que seguiremos aquí, en pie, ante todo.
 Me has salvado muchas veces y espero poder salvarte yo a ti también. 

 -¿Cómo era? "La sonrisa despeinada de ir en contra de los vientos". Así que ya sabes...
Y me hiciste renacer. 

 Así que recuerda lo más importante de todo...
 1º- ¡Tengo una noticia muy importante! Tengo un pintauñas nuevo :3
 2º- Tú opinión aquí y ahora no cuenta, asúmelo, esta es mi dictadura.
 3º- Recuerda que eres una Estrella de, como dirían las lenguas antiguas "Shuchaku", o como diríamos ahora "Suzaku".
 4º- Que los humanos no tienen nada que hacer, arderán. 


 5º- ¿Quinto? ¡Ah, sí! Que te quiero un montón, no me importa a cuanto kilometros me vaya, tú estarás conmigo.

domingo, 8 de abril de 2012

Lo llaman ansiedad.

 No sé si conoces esa sensación. No sabría cómo explicarla. Pero es ese momento en el que olvidas cómo respirar, cuando esa presión en tu pecho te impide razonar. Todo a tu alrededor te da vueltas, notas algunas miradas fijas en ti y te preguntas si tendrás mala cara, si estarás haciendo algún tipo de mueca. Pero sabes que no, que tienes una apariencia absolutamente normal, incluso un poco aburrida. Pero dentro de ti todo es un caos. Eres incapaz de dejar tu mirada quieta, de observar algo con claridad, te tiemblan las manos, te ahogas, sientes ese agobio sobre ti. Sabes que no te puedes concentrar, que si no sientes a alguien a tu lado no serás capaz de caminar. Y dices esas palabras que tanto miedo te dan, pero que las necesitas más que nunca: "no me dejes sola". Porque se hace difícil cualquier situación. Ese mareo, ese vértigo. Es bastante frustrante. 
 Y luego está esa nausea perenne. Esas ganas de correr hasta que esa sensación desaparezca, pero tener la certeza de que no lo podrás hacer. Sentir que pierdes la fuerza, aunque no sea cierto. Todo es cuestión de sensaciones. 
 Quizá ya me volví loca, quién sabe. Sigue siendo algo que no sé explicar. Pero, aún hoy, me tiemblan las manos de puro agobio. Mantengo la sensación de agobio, como si siguiese encadenada a algo que no existe. Y me da miedo. Me da miedo no poder dormir de nuevo, seguir con esa asfixia, seguir pensando demasiado.Me da miedo caer y no saber levantarme.

sábado, 7 de abril de 2012

Eco.




 "La nostalgia es una forma orgullosa de arrepentirse, porque es más fácil decir: 'te extraño y me arrepiento de haberte dejado ir' y, después, añorar y quedarse solo.
Es una forma un poco cobarde de pedir perdón."



viernes, 6 de abril de 2012

Hoy yo no quiero vivir en la ciudad más triste...

...que llora por afición. Y si me dejan huir descalzo y de puntillas...


 Sigo odiando este lugar. No hay nada, absolutamente nada que me haga querer permanecer aquí. Está tan muerto...
 Y, sin embargo, tengo esos lugares que me enamoran. Algunos porque tienen esa extraña belleza, otros porque guardan recuerdos y secretos que jamás se desvelarán.
 A veces, y sólo aveces, me gusta volver a ellos y disfrutarlos. No tienen nada fuera de lo común, pero son especiales. Supongo que soy de esas que prefieren las sensaciones a esa obvia belleza que tanto suele fascinar.

jueves, 5 de abril de 2012

Ninguna parte.

Y fue entonces cuando creí en ti. Y me volví a equivocar.

 Eso es lo que pasa cuando te embarcas en algo que no lleva a ninguna parte. Que, como no lleva a ninguna parte, no importa si se queda a mitad de camino. No importa si haces daño, ¿qué más da? Si ni lo notarás, o notarán. Quién sabe. 
 Simplemente "prioridades". 

 Pero luego no te atrevas a mirarme a la cara y negarme lo evidente.




  "Dijiste. Dijiste tantas y tantas cosas, pero ahora sólo me pregunto cuántas veces las dijiste antes de decírmelas a mi. Me tacharán de víctima, de pedir demasiado. Quizá tú sí eras especial. Y digo eras porque empiezo a querer huir de ti, porque me siento utilizada. Otra vez."

miércoles, 4 de abril de 2012

Contigo sueño.

 - Y qué, ¿te gustó?
 - Demasiado.

 Pero me debo callar ese nervio, esa incomodidad al mirarte. Porque no de puede saber en ese instante. Aguantaré y guardaré ese momento en el que sólo existimos tú y yo. Me basta. Me basta tu abrazo porque me quedé perdida en él.



Yo nunca imaginé esta locura, ¡nunca!
Y no lo podían comprender, ¡imposible!
Que yo solo quería para ellos lo mejor
Y es que todo lo que hago es un error
Pues, me da igual
Al menos lo intenté 
Y ¡por Dios! todos lo saben, triunfé.
El cielo estuve ahí a punto de tocar
Y de mi grandes historias recordaran
Y por primera vez,desdehace tiempo ya
Me he sentido otra vez,como un tipo genial
Y yo, Jack, ¡el rey del mal!
Ah,si.. ¡yo soy el rey del mal!




El problema es que te supera, en todos los sentidos. 

lunes, 2 de abril de 2012

Smile.

 Me apetece decir que hoy, ahora, estoy feliz. Me gustó mucho esta noche. Lo que empezó siendo un día bastante bueno se convirtió en uno de esos típicos días en los que nada sale como debía, en los que te apetece no salir de la cama, que acabe lo antes posible. Pero cambió, un simple gesto, una simple sorpresa arregló lo que parecía un día con final horrible.
 Y es que repito algo de mi anterior actualización. Pasar página está siendo maravilloso. Son muchas sensaciones, muchas cosas por descubrir. Que algo que odio me haya gustado, que me haya sentido cómoda con tanta rapidez no tiene precio.
 Me encanta, y es algo que quiero atesorar. Se acabó el reprochar, el arrepentirse, el sentirse mal. Hoy voy a sonreír porque, siendo egoístas, me lo merezco. Voy a dar fin a una mala racha, voy a dar fin al rendirme antes de luchar.
 Es irónico, sólo he necesitado un punto de vista diferente, unas risas diferentes, un cariño diferente, para darme cuenta de cuánto puedo hacer aún. El juego no ha terminado, aún no me voy a rendir. Es más, ahora me siento ganadora. Quizá mañana se agote ese entusiasmo, pero ahora lo tengo y es suficiente. Al menos por ahora, siempre "por ahora".

And now my bitter hands cradle broken glass.

 "Son esas ganas de salir corriendo"

 Recuerdo bien ese momento. Recuerdo como con cada pincelaba recordaba tu mirada al despedirte, recordaba ese nervio que sentí, ese cosquilleo en las manos. ¿Dónde quedó aquello? ¿Dónde están mis ganas de hacerte feliz? Supongo que perdí esa inocencia, que ya no me quedan fuerzas para perseguirte. Y supongo que sé la razón.

 También supongo por qué acepté ese repentino cambio, por qué decidí quedarme con mi propia soledad, la que yo había creado. Ya no quedaba nada por perder, nada. Y cuando no tienes nada que perder deja de tener gracia el juego porque ya no tendrá importancia, sólo podrás ganar. Y, efectivamente, gané. Eso no me hace más feliz porque no olvidaré todo el sacrificio, todo lo que quedó en el camino. Pero tampoco volveré a ese camino a recoger los pedazos de lo que un día fue. Supongo que esta es mi particular despedida. Yo, a mi manera, seré feliz. A mi manera guardaré la tristeza. A mi manera.
Porque ya entendí mi forma de querer ser libre, y lo seré.