jueves, 26 de diciembre de 2013

Entre dos aguas.


 Alguien dijo una vez que los recuerdos... son aquello que creamos reconstruyendo fragmentos de nuestra memoria. Recordar... es lo mismo que soñar despierto.

 Sentir que el tiempo pasa lentamente. Ojalá me acostumbrara de una vez, y que los días pasaran sin darme cuenta. Ojalá no tuviera tanto tiempo para pensar, ni quedaran rendijas por las que pueda entrar la añoranza. Ojalá pudiera no sentirme tan perdida.


 Cuando pierdes por primera vez se convierte en eternidad. Así que, cuando estés triste, cierra los ojos. Así podremos volver a vernos.


 Por eso vuelvo a pedirte que me esperes.

 -Perdóname. A pesar de prometerte que siempre cuidaría de ti, te perdí de vista a mitad de camino... Yo escapé.
 -No, no escapaste. Solamente cambiaste el rumbo por un momento... y te perdiste. Pero pudiste volver.
 -Pude volver...

viernes, 13 de diciembre de 2013

Lo diré bajito.

 "(...) Estás aquí, pero en realidad no lo estás. Tu cabeza está muy lejos, tu espíritu está muy lejos y aquí sólo queda una especie de ente que se mueve (...)"


 ¿Te ofenderás? ¡Lo conseguí!
 Y no es de extrañar que eso sea cierto, en su justa medida. Estoy donde simplemente puedo estar. Porque al final no queda más que esto, la típica y absurda noche en la que da igual lo que necesites porque no lo conseguirás. Simplemente se acaba el llamar a gritos, o en silencio. Quizá ya no pueda salir de este agujero pero... ¿qué más da?
 Ahora sobrevivo a base de sonrisas cansadas, de algo estúpidamente cercano. Por llamarlo así.

sábado, 7 de diciembre de 2013

A la primera persona.

A la primera persona que me ayude a comprender pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle mi fe. Yo no pido que las cosas me salgan siempre bien pero es que ya estoy harto de perder(te) sin querer.

 A la primera persona que me ayude a salir de este infierno en el que yo mismo decidí vivir le regalo cualquier tarde para los dos. Lo que digo es que ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.
 El oro para quien lo quiera, pero si hablamos de ayer... es tanto lo que he bebido y sigo teniendo sed.
 Al menos tú lo sabías, al menos no te decía que las cosas no eran como parecían. Pero es que a la primera persona que me ayude a sentir otra vez pienso entregarle mi vida, pienso entregarle mi fe. Aunque si no eres la persona que soñaba para qué.
 ¿Qué voy a hacer de los sueños? ¿Qué voy a hacer con aquellos besos? ¿Que puedo hacer con todo aquello que soñamos? Dime, ¿dónde lo metemos? ¿Dónde guardo al mirada que me diste alguna vez? ¿Dónde guardo las promesas? ¿Dónde guardo el ayer? ¿Dónde guardo tu manera de tocarme?

 Aunque lo diga la gente yo no lo quiero escuchar... No hay más miedo que el que se siente cuando ya no sientes nada. 

(...)

 Volver a escucharla y recordar cuánto tiempo hacía que no le prestaba atención. Desde aquel sucio cristal en el que decidió de forma casi literal todo.
 Quizá al final tuvo razón.