sábado, 30 de marzo de 2013

Dile a ese imbécil qué te gusta en verdad.


Hoy me he descubierto buscando tu mirada entre la gente. Y hoy, sin querer, me encontré pensando en que quizá podrías ser... tú. Que tu magia podría hacerme temblar otra vez. Quizás te busco sin razón aparente, quizás es sólo una simple sensación.

 Pero no se siente así, esos amaneceres marchitos por el adiós no podrían ser mágicos si no fuesen reales. Tienen esa pizca de irrealidad, esa chispa que hace que sean interminables, invencibles a los ojos de cualquiera que no es consciente de lo que pueden esconder.

 (...)

 Por todo ello volveré a perderme, antes de huir volveré. Y seguiré perdida, irremediablemente, en ese pedazo de irrealidad. Efímera y fascinante. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario