martes, 14 de mayo de 2013

Hoy no.


 Quizá ese banco seguirá ahí, perenne. Quizá se acaben la sonrisas y las miradas. Quizá todo sea falso. Y quizá no haya nadie que se de cuenta de ello. Hoy no. Hoy vuelve a ser uno de esos días, uno de los días que escondería la cabeza bajo la almohada y esperaría que el tiempo pasara. Sin más. Hoy quizá esperaba que alguien se diese cuenta, que con esa mirada se entendiese todo. Pero ya no es así, ya no es posible. Y no lo podrían entender, es una estupidez, ¿verdad? No tiene derecho a estar triste, no tiene derecho a desear nada. Y hoy no podrás abrazarte a la tristeza. Hoy toca guardarse las lágrimas otra vez. 

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