lunes, 8 de diciembre de 2014

Kansas City.



 Qué bien que en mis pupilas siga entrando luz del Sol. 
Qué bien que en mi cerebro se produzca intercambios de información, que hace tiempo que te pusiste en medio. 
Qué bien que con mis dedos note el frío y tu calor. 
Qué bien que por mis nervios corran impulsos que me digan que estás en mi habitación, que no te has ido y que te tengo cerca
No sería lo mismo imaginarte que poder estudiarte con detalle. 
Usaré cada segundo que pase para poner a prueba nuestras capacidades corporales. 
Sólo quedará sin probar un sentido: el del ridículo por sentirnos libres y vivos.
Y qué genial, qué astuto, qué indecente, qué maravillosamente oportuno el soplo de viento que unió, atrevido, tu olor con el mío
¡Y qué manera de perder las formas y qué forma de perder las maneras! 
Ya nada importa, el mundo ya se acaba, no quedará nada. Disfrutemos de la última cena. 
No sería lo mismo imaginarte que poder estudiarte con detalle. 
Usaré cada segundo que pase para poner a prueba nuestras capacidades corporales. 
Sólo quedará sin probar un sentido: el del ridículo por sentirnos libres y vivos.

(Que me hablen de sandeces y que digan que sobra el amor.)



"And I love you, dear. But just how long can I keep singing the same old song?"

No hay comentarios:

Publicar un comentario