miércoles, 3 de diciembre de 2014

Al olvido, ¡olvídalo!


 Hablando, de nuevo, de forma muy personal y directa... Hoy asistí a la que creía que sería otra aburrida clase de una aburrida asignatura. Cuánto me pude equivocar. Quizás hubo grandes casualidades, que fuésemos pocas personas en clase, que a pesar de ser una asignatura horrible la profesora sea excelente, o que yo estuviese algo más perceptiva. Y sensible, quizás. Pero fue maravillosamente terrible, cómo pueden explicarte algo, una enfermedad, que conoces demasiado bien. Que estás volviendo a vivir. Y ver como alguien tan admirable, tan fuerte y apasionado te cuenta tantas anécdotas, entre risas y pena, para finalizar con ese nudo en la garganta y casi pidiendo perdón. Preocupándose de si pudo transmitir bien la información, si sus clases fueron adecuadas... a pesar de todo.
 Y es que es sencillo sentir pena cuando escuchas ciertas historias y es fácil olvidarse de ellas. Pero algunos tenemos la suerte, por así decirlo, de saber que es algo más que una historia. De recordar perfectamente esas inquietudes, esa impotencia ante algo que no puedes controlar. Y es que somos expertos en recordar las veces que nos olvidaron, que nos gritaron, y sus pequeños intervalos de lucidez. Recordamos de forma demasiado vivaz esa despedida, esos abrazos y ese último momento en el que fuiste reconocido. 
 Por ello quizás ahora, que siento que se repite, que creía que no sería capaz de llevarlo bien... puede que finalmente no sepa, pero he aprendido más de lo que creía. Y es que ahora no me salen las palabras, ni creo que haya una forma bonita de decir nada de esto pues jamás se conocerá. Pero, como suele ocurrir en estos casos, es necesario plasmar algunos sentimientos para recordarte quién eres.

 Ahora sólo me queda dar las gracias por algo que pocos entenderían, y darle las gracias a esa magnífica persona. Pues tenemos la 'suerte' de ser parte de hermosas historias.


"Volar, como hicimos tantos años. Que todavía duermo en ti. Que te conozco con mis manos, con mis ojos, con todo lo que hay en mí. Volar, y aunque ya te estés marchando...
(...)
Volar, y aunque no recuerdes nada, sé que no me olvidarás."

No hay comentarios:

Publicar un comentario