sábado, 7 de junio de 2014

Lo que merecías.


 Qué burla tan acertada. Quemar los recuerdos, o guardarlos con rabia. Entrar en la habitación y guardar bajo la cama todas esas sensaciones, las ganas de mostrar esos secretos, dejarle entrar. Pero eres un mentiroso, y nunca dejarás de mentir. Pasado, presente... da lo mismo, sigues en ese agujero frustrado y, mientras tanto, ves brillar aquello que pisoteaste. Pero es fácil hacer como que no es cierto, es más sencillo decir que no fue así, que no era lo que merecías, que no quieres volver al inicio y cambiar las cosas. Nunca fue así. 
 Lo malo es que sabes que no puedes mentir a esa persona, te conoce demasiado bien. Pero tú no, no la conoces y te das cuenta ahora. ¿Qué forma de perder el tiempo fue esa? Consiguió llegar a lo más hondo, a tus miedos e ilusiones, fue tu maldito motor. Y tú no conseguiste nada, ni rozaste la superficie. Como si fuerais de mundos totalmente diferentes. Un circulo sin fin. 
 Pero nadie dijo que fuese fácil. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario