viernes, 15 de junio de 2012

¿Dónde?

 Un momento que se escapa, una mirada huidiza. Seguirla sólo por saber que estará bien. Cuidar cada detalle y saber que jamás lo sabrá. Esa es tu causa, tu mísera realidad.
 Darle un momento de vida, ese aliento, ese empujón, esas ganas de vivir. Y luego morir tú, morir de nuevo, morir por su sonrisa y su presencia.



 Podrían cortar sus alas, mitigar sus sueños, romper sus esperanzas. Pero nadie sabría qué pasaría finalmente. Podía huir, podía luchar... Tenía demasiadas opciones. Y algo demasiado claro.
 Cuando un pensamiento es ambiguo está expuesto a demasiados cambios, sin embargo era tenaz. Tan tenaz que no importaba la pérdida, no importaba el dolor... o la soledad. Nada importaba. Pero siempre existe ese algo contra el que no se puede luchar.



 Darle un respiro a la vida, darle un suspiro al dolor. Creer que puede cambiar el pasado, obtener su futuro. Simples ilusiones llenas de humo y palabras. Sonrisas que persiguen al viento sin sentido ni piedad. Algo que se esconde tras unos ojos tristes. Un grito sordo, un minuto absurdo. Un infierno que no conocerán, un espejo que guarda demasiadas lágrimas. Y demasiado orgullo.





Drástico. Letal.
Perseguir y esperar.
¿Un comienzo? ¿Un final?

El final exacto para el cuento que no existió. Desteñir ilusiones en forma de coraje. Saber que es real y, a pesar de todo, dudar. Demasiado miedo guardado en cajas sin armar.
Un instante perdido, unas palabras jamás pronunciadas.

"Los sueños son para los novatos"
Y tú ya no lo eres.

Sería más fácil así.

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