sábado, 2 de junio de 2012

No más.

 Y que desaparezca esa estúpida melodía, ya no tiene sentido repetirla.
 De nuevo corrió la sangre, de nuevo la soledad lo inundó todo. Es un desprecio hacia sí mismo que no se puede explicar. Todo perdido, todo olvidado. No existe un alma que se pueda salvar. Intenta luchar, intenta abrirse paso entre la hiedra que le cubre, entre los muros que se alzan hacia su persona. A veces es más fácil ver la vida tras su propio cristal, no herirse, no sentir. Que no existan lágrimas ni reproches, que no existan palabras prohibidas, ni sacrificios. Que  no se olvide la realidad, que no se hiera el camino. Dejar de marcar con sangre el camino para que alguien te pueda seguir. 

 Heridas que sangran... y que no lo hacen. Heridas que, quizá, no sanarán. 

 Sería más fácil tener algo que ofrecer, algo real y tangible. Sería perfecto ser normal, poder dar todo sin importar el resto.
Eso sería perfecto. 
 Sería perfecto arreglar el corazón a base de tiritas, poder curar el pasado con una simple mirada. Sería perfecto ofrecer un futuro. "Sería".

 Perderse y olvidar para no pensar en lo que importa. Perderse en algo que no te curará. Perderse, y después entonar una suave melodía que jamás se recordará. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario