sábado, 12 de mayo de 2012

Poesía envenenada.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche...





"-Yo soy un sueño, un imposible
vano fantasma de niebla y luz;
soy incorpórea, soy intangible:
No puedo amarte.
-¡Oh ven, ven tú!"




 Y es que estamos hechos de ganas de romper los imposibles. Parece que caer una y otra vez con la misma piedra no nos parece suficiente. Somos capaces de luchar, de rendirnos, de llorar y reír, y que siempre sean las mismas razones. Simples humanos guiados por... ¿Por qué nos guiamos? 
 Los más profundos dirán que nos guiamos por el corazón, los sentimientos, las sensaciones... Otros, más racionales, dirán que nos guiamos por "la cabeza", nuestra mente, calculando los pros y los contra de cada decisión. Supongo que aquí reside la famosa lucha "razón-corazón", lucha que todos hemos sufrido, con mejores o peores resultados. Pero hay algo claro, no importa con qué nos guiemos, siempre caeremos de nuevo en nuestro imposible particular. Siempre. 
A menos que se esfume la realidad. 

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