sábado, 21 de abril de 2012

Y si...

 Nunca me he caracterizado por mis ganas de hacer amigos, ya sabes. Quizá sea un poco exigente, un poco maniático, pero si no me interesas, si me decepcionas, si creo que no mereces la pena te eliminaré de lo que se consideraría "mi vida". Y sin embargo aquí me tienes, bajo un estúpido cielo que llora ante nosotros, bajo un inmenso cielo que se burla de esta situación. Pero me gusta tenerte cerca, tu abrazo que llenó esa extraña soledad. No sé qué significa, tan solo note un enorme cariño. No lo quiero malinterpretar, ni quiero ni puedo. No es justo. Pero me gusta ese extraño calor. No me molesta sentirte cerca, ni tus manos, ni tus abrazos, ni tu casi inaudible respiración. Es tranquilizante, me recuerda a un estúpido estado de paz, de sentirme vivo. A veces me gusta sentir tu hombro junto al mío, tu mirada fija en mí, tu sonrisa irónica. Me gusta cómo te ríes con algunos comentarios, como observas de reojo algunos de mis movimientos. Me gusta como plantas cara a lo que te irrita, como defiendes tus gustos e ideales. También como escuchas y debates. Y, de igual forma, no tenemos nada en común. Y, sin embargo, es demasiado agradable tenerte a mi lado. Sé que te he buscado cuando te he necesitado, cuando he necesitado ese calor. Es algo imposible, una estúpida sensación. Pero es algo que necesitábamos probar. Quizá hoy te he necesitado entre mis brazos, de la misma forma que tú me has necesitado a mi. Necesitaba estrecharte entre ellos, sentir que jamás iba a terminar. Necesitaba abrir mis ojos y despertar junto a ti. Pero sólo hoy. ¿Quién sabe? Quizás mañana. Pero no es nuestra realidad, es nuestro sueño. Es un sueño que necesitábamos cumplir, pero que podemos obviar. Ahora tengo esa duda, la duda de si sentirás lo mismo. Si sentirás ese vacío, osas ganas de repetir, ese dolor y culpabilidad. Me pregunto si ahora piensas en mí. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario