viernes, 6 de abril de 2012

Hoy yo no quiero vivir en la ciudad más triste...

...que llora por afición. Y si me dejan huir descalzo y de puntillas...


 Sigo odiando este lugar. No hay nada, absolutamente nada que me haga querer permanecer aquí. Está tan muerto...
 Y, sin embargo, tengo esos lugares que me enamoran. Algunos porque tienen esa extraña belleza, otros porque guardan recuerdos y secretos que jamás se desvelarán.
 A veces, y sólo aveces, me gusta volver a ellos y disfrutarlos. No tienen nada fuera de lo común, pero son especiales. Supongo que soy de esas que prefieren las sensaciones a esa obvia belleza que tanto suele fascinar.

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